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Divergent convergences / Simon Pittock

Leon Battista Alberti, arquitecto, escritor italiano y el primer teórico del Renacimiento dijo «el mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada dia». Por otro lado, si echamos la vista a nuestra época en el colegio, recordamos, en gran medida, a los profesores que tuvimos, y la influencia que en nosotros ejercieron.

Como ya os contamos en el post anterior, desde Educ-at abordamos el TDAH desde una perspectiva psicoeducativa, cómo método alternativo y compatible a los tratamientos más comunes. Se basa en técnicas que ayuden al niño a potenciar la atención, la memoria de trabajo, la autorregulación de la motivación y los procesos de análisis y síntesis, además de implantar una serie de competencias clave como planificación, organización, autonomía, constancia, responsabilidad, etc.

De esta manera buscamos incrementar el control consciente y finalista de su comportamiento y aprendizaje, mejorando su rendimiento académico, para conseguir posteriormente, mejoras a nivel conductual y en sus relaciones interpersonales.

Pero al igual que una mesa con tres patas, únicamente con esta parte, la intervención estaría coja. Consideramos que la intervención debe llevarse a cabo desde una concepción integradora, implicando y coordinando a todos los agentes participantes en los contextos en los que el niño/adolescente se mueve.

EL PAPEL DE LOS PADRES Y PROFESORES.

Los padres y los profesores son los verdaderos líderes en la dirección educativa de los niños, ejerciendo una gran influencia en su desarrollo y crecimiento personal, por lo que su implicación se antoja fundamental para el éxito de la intervención.

 El asesoramiento que se lleva a cabo con ambas partes resulta imprescindible, pues permitirá que quienes conviven a diario con él conozcan con precisión en qué consiste el trastorno, cómo puede afectarles, los problemas asociados y las capacidades de afrontamiento de las que disponen.

 De esta manera, al mismo tiempo que actuamos con el alumno, de forma paralela se interviene con la familia, y en la medida de lo posible, con el profesor o el centro educativo.

¿POR QUÉ INTERVENIR CON LA FAMILIA?

 La familia adquiere un peso muy relevante y primordial en la educación de todos los hijos, enseñándoles valores, creencias, pautas de comportamiento social, etc. convirtiéndose en modelos en los que el niño se refleja.

Por esta razón, intervenimos en la familia con el objetivo de mejorar pautas educativas, competencias, expectativas y actitudes, mediante su asesoramiento y formación. Dedicamos una parte de la sesión únicamente para tratar estos temas, ofreciendo un espacio donde poder resolver sus dudas y guiar el desarrollo de habilidades y estrategias.

¿POR QUÉ INTERVENIR CON EL PROFESOR?

En muchas ocasiones nos encontramos con profesores que tienen que hacer frente a un número altísimo de alumnos y no disponen de tiempo o de formación adecuada para prestarles el apoyo necesario, o de centros educativos con bajos recursos para poder ofrecer una orientación y un servicio adecuado.

Por eso, desde Educ-at llevamos una labor de mediación con el profesorado, y realizamos cursos de formación específicos a personal docente con el fin de modificar actitudes, expectativas y competencias, que les doten de herramientas con los que poder prestar una ayuda que consideramos elemental.

En conclusión, sensibilizar y asesorar a todas las personas del entorno en el que participe el niño/adolescente con TDAH, mejorará la calidad, tanto de la intervención, como de su vida, puesto que se comprenderá de una manera más nítida las características propias del trastorno. De esta manera, la percepción de capacidad y de afrontamiento de los padres y el personal docente se incrementará, sabiendo hacer frente a las diferentes situaciones que se vayan dando y aprenderán a discernir que actitudes son propias y sintomáticas del TDAH y cuáles son inherentes a la propia edad.